Primera del singular
Yo que crecí sobre el aire
que rechacé unas raíces que nunca eran mías
(hubo en ello una intención de cándido martirio)
que crecí entre mareas, que vivía en un mundo
de raíces de un pequeño limonero
de una montaña de arena en un galpón en ruinas
de un patio de granito
de una huerta preñada de tomates y tortugas
de un hormiguero en orfandad boca a un cielo de tormenta
de las babas del diablo
temblando entre pilotes donde hacían nido los abejorros
y por supuesto, de la flor del panadero
el 5 de enero a la hora de la siesta
(demasiado esfuerzo en rechazar esas raíces
que nunca eran mías)
yo que quise la libertad y no tuve el valor
pero tuve la mañana
(la que duele, y la que no),
yo que decía
que quise el río el mar la laguna y la acequia
ahora digo: sé quien soy,
los predicados no los proclamo: no sé predicar.
que rechacé unas raíces que nunca eran mías
(hubo en ello una intención de cándido martirio)
que crecí entre mareas, que vivía en un mundo
de raíces de un pequeño limonero
de una montaña de arena en un galpón en ruinas
de un patio de granito
de una huerta preñada de tomates y tortugas
de un hormiguero en orfandad boca a un cielo de tormenta
de las babas del diablo
temblando entre pilotes donde hacían nido los abejorros
y por supuesto, de la flor del panadero
el 5 de enero a la hora de la siesta
(demasiado esfuerzo en rechazar esas raíces
que nunca eran mías)
yo que quise la libertad y no tuve el valor
pero tuve la mañana
(la que duele, y la que no),
yo que decía
que quise el río el mar la laguna y la acequia
ahora digo: sé quien soy,
los predicados no los proclamo: no sé predicar.
Comentarios
saludetes
...
¿qué has entendido, Tula?
...
Vaya, es lo que ocurre con las palabras...
¡el poema debe ser muy malo! :D
ahhhhhhhhhhhhhh...
CH-CH