Más mala que una bruja

Las brujas son malas y yo soy mala como una bruja. Es todo un curro ser mala. Tienes que estar ahí trabajando con las maldades. A ver, para no confundir a las niñas de 12 años que vayan a ver esto: yo quise seguir con la historia de que nos llamen brujas. Vale, ¿nos llaman así? Pues acepto el reto. Como mujeres, cuando crecemos —en esta sociedad que está cambiando, gracias a dios—, tenemos ese estigma de ser causa de los males de todo. Y cuando hay una que además es sabia, es peor. Había una vieja en el pueblo que estaba sola con sus plantas, haciendo sus cosas, con sus libros, en su mundo, con su sabiduría, con su universo, y la llamaban "bruja" y la tenían apartada, la temían. Era más fácil para todos decir que era peligrosa y la llevaban a la hoguera, la querían eliminar. Entonces es una manera irónica de aceptar esa cruz, ese estigma y darle la vuelta al concepto de bruja como algo malo. Ser bruja es algo bueno: me lo apropio. Yo puedo darle la importancia que creo que tiene. Aunque tú no se la des.

La Mala Rodríguez

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